El nuevo lugar es hoy

Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado. (G. Orwell)




El mundo hoy nunca se detiene y nosotros tampoco. Es risible, quizá, el hecho de que muchas veces nos dicen: tómate la vida con calma, pero, ¿cómo?, es algo complicado; más aún, bajo un sistema como el que tenemos hoy: altamente competitivo. Muchas pensé: ¿Qué pasaría con un mundo diferente?, un mundo ideal, perfecto. Entonces, me propuse el buscarlo, el crearlo junto con otros y fue así, como entre lectura y lectura llegué a los albores de las producciones literarias del hombre: Me hallé ante la desilusión de que fuimos, por acción de otros, expulsados del paraíso Bíblico por desobedecer, o Prometeo que robó el fuego al Dios Zeus y por eso, nos “condenó” a todos. Sean estas historias ciertas o no, el hecho es que por lo visto no estamos designados a un mundo idílico.


Dē optimō reī pūblicae statű dēque novā īnsulā Ūtopiā"... llegué hasta un libro muy curioso titulado Utopía de Tomás Moro.


“Isla de Utopía”: Cuando lo fui leyendo, fue alimentándose en mi ese sentimiento de un mundo mejor, más aún cuando menciona cómo sería ese lugar. Busqué información de qué significa “Utopía”, en su significación léxica y es un lugar inexistente. Por ende, ahí fui comprobando más mi hipótesis: no estamos destinados a este mundo perfecto. Pero, por lo menos ya existe: en la literatura. Es maravilloso todo lo que señala: equidad de la distribución de todo entre sus habitantes, no al materialismo, igualdad de condiciones, paz y tranquilidad.


Di con Platón en su libro La república, buscando si los humanos hemos hecho más para lograr algo mejor. Es mucho más antiguo sin dudas que Moro, pero propone en concreto algo llamado “bien común”. Ahí me di cuenta que entre nosotros, como seres humanos, buscamos este bien por medio de nuestras acciones… el punto es quizá el enfoque, no lo sé a ciencia cierta, no profundizaré en ello.

“Las grandes religiones del mundo”, me regalaron ese libro que no es tan antiguo y habla sobre las religiones más trascendentes. Me sirvió mucho, porque pude ampliar mi visión a otro paradigma, otras culturas más allá de mi geografía. Fue como entendí que en oriente está la otra visión que existe en torno a la filosofía de China: equilibrio y armonía, como algo necesario para el orden del universo.


Decidí averiguar más sobre la Utopía en la Literatura y es así como di con el hecho de que es perteneciente al subgénero de la ciencia ficción. Es subgénero ya que este pertenece al género de la Ficción. Entonces, con todo esto, pensé: ¿Qué sucedería al invertir este ideal Utópico?... fue así como me encontré con la Distopía.


La distopía es en sí una ruptura, un quiebre, de este paradigma perfecto e idílico sociopolítico que buscamos. Indagando más en esto, fue como llegué hasta John Stuart Mill. De inmediato me extrañó, pensé: ¿Qué tiene que ver un filósofo del utilitarismo con la Literatura?

Entre todas sus conferencias, en una nombró el término “distopía”, exactamente en la Casa de Comunes el 12 de Marzo de 1868. Si bien es cierto, John Stuart Mill no escribió una novela Distópica, fue quién dio origen al término.

Quise ver a qué responde la Distopía. Fui indagando y noté que en el momento en que empezaron a surgir estas producciones literarias es, más o menos, un contexto histórico delicado. Dentro de la Época Moderna, donde se vivieron diversos asuntos de carácter mundial, tanto negativos como positivos. Pero, ya en definitiva, quise buscar una definición en concreto: ¿qué es distopía?


En un libro muy interesante, llamado Descenso literario a los infiernos demográficos de Andreu Domingo hallé lo siguiente:

“Aun inspirados por las mejores intenciones de traer el cielo a la Tierra, sólo consiguieron convertirla en un infierno, ese infierno que sólo el hombre es capaz de preparar para sus semejantes.”(Domingo, 23)

Podría aventurarme a señalarla como una respuesta a estas diversas inquietudes dentro de un contexto más actual, a todo lo que está aconteciendo y lo que es peor, a lo que nos podríamos llegar a convertir como mundo.


¿Es posible que el mundo se vuelva una distopía?, suena extraño e incluso, más de alguien habrá de decir: no, eso es imposible. Pero, ¿qué nos lo impide?. Es así como se me ocurrió hacer una suerte de Parangón de una novela Distópica con la realidad actual, Siglo XXI.

Las tres obras más importantes dentro del género responden a su contexto, no es posible el escindir la obra del autor, está más que claro. Si es posible el hecho de que el autor escriba desde su foco algo no de su experiencia personal, pero sin duda alguna que su contexto medial influye en lo que se traza, íntimamente, entre el lápiz y el papel.


We, es del escritor ruso Yevgeny Zamyatin y fue publicada en el año 1921 luego de la Revolución rusa. Algo que sin duda alguna marcó la historia de Europa Occidental. Luego de eso me encuentro ante un libro que es algo escalofriante, que te hiela por completo: Brave new world, o más conocido como “Mundo feliz” – que ironía, ¿no? - de Aldous Huxley, publicado en 1932 tras la Primera Guerra mundial, los “locos años 20” y la crisis del 29; es impresionante el mundo que se nos plantea en esta obra, empero no es este el indicado para lo que quiero hacer… es así como me encuentro con Nineteen eighty four del escritor Hindú-Británico Eric Arthur Blair, más conocido como George Orwell, en un contexto post Segunda Guerra mundial tras toda la masacre que contempló este conflicto bélico armado a escala global.


Yendo a lo concreto, hemos visto como el mundo ha ido cambiando su cosmovisión: desde la Revolución Francesa donde se implanta ese sentimiento nacionalista, que conllevó fenómenos como la emancipación de los pueblos desde América hasta más tardíamente África; la gestación de Ideologías polarizadas, hasta incluso, desde el Imperialismo al Neocolonialismo. Es en este contexto el como se va manifestando en todo las diversas rupturas paradigmáticas que constituyen desde un par de siglos atrás hasta hoy. Una de esas manifestaciones, es la literatura.


George Orwell. No profundizaré mucho sobre su vida ahora, pero mencionaré aspectos relevantes como su militancia en el Partido Laborista Independiente, de carácter socialista. El libro, 1984, es considerado además una crítica Política y, en una entrevista del autor, señaló lo siguiente:

Mi última novela (se refiere a 1984) no constituye un ataque contra el socialismo o el partido laborista inglés (al que yo sostengo). Quiere describir las perversiones a las que se ve expuesta una economía centralizada y que ya han sido realizadas parcialmente por el comunismo y el fascismo.

Orwell comienza la redacción del libro en 1947 y es publicado en 1948, en el ocaso de su vida, enfermo de tuberculosis.


Es así como me encuentro ante un libro que es fruto de un mundo agobiado, donde las peleas por el poder tienen consecuencias en los demás: en nosotros.

Me quedé en silencio al sentir que a través de sus palabras me estaba diciendo: Bienvenida, esta es la realidad.